20.11.14

"Interstellar": una sublime y emocionante odisea





La he visto hace escasas horas, y me ha impresionado tan hondamente que debo escribir sobre ella. Hablo de  Interstellar, la última película de Christopher Nolan, en boca de todo el mundo desde su estreno hace dos semanas.

Tenía mis reservas. Primero por la lectura previa de algunas críticas, y segundo porque tengo una opinión neutra del  inglés. Quiero decir que me parece un director estupendo y he disfrutado mucho con Memento, Batman Begins, El truco final o El caballero oscuro, pero por otra parte  considero que últimamente tiene tendencias demasiado grandilocuentes y alargadoras  y a la vez cerebrales; acabé hasta las narices de Origen, aparte de enterarme de la mitad (o de la mitad de la mitad).  La tercera de Batman no la he visto, pero en la segunda vi ciertos aspectos muy pretenciosos que la alejaban de Begins y del espíritu del Hombre Murciélago.

Por todo ello temía encontrarme con una especie de rayada exacerbada, larga  y ruidosa, y de ciencia ficción por añadidura. Nada más lejos de la realidad. Interstellar es una preciosa  y espectacular "ópera espacial"  donde se combina la frialdad y la exactitud de la ciencia con la emotividad y la capacidad épica del ser humano. 

Tras esta definición algo prepotente por mi parte podría decir que hacía mucho tiempo que una película no me dejaba sin pestañear apenas (ni con la espalda tan pegada al asiento). Es todo una sucesión de deslumbrantes imágenes acompañadas, ya sea de la ensordecedora  y extraordinaria música de Hans Zimmer o del silencio más absoluto, y de un planteamiento de ideas y cuestiones que te alteran, te dan que pensar, te preguntas a tí mismo o te incitan a saber más. 

El argumento (calma,  no desvelo nada) es aparentemente sencillo. En un futuro próximo, la vida en nuestro planeta parece tener los días contados, por lo que un grupo de astronautas despegan y se lanzan en búsqueda de otros sistemas para salvar a la humanidad. Los lideran un piloto llamado Cooper (un estupendo Matthew McConaughey), un hombre familiar, y una científica, Amelia (correcta Anne Hathaway). En el reparto de la película también figuran el mítico Michael Caine y Matt Damon, entre otros.

Ante este aterrador panorama en La Tierra, Nolan desarrolla su (para mí) obra más redonda hasta la fecha. Es curioso cómo un británico puede realizar largometrajes tan del gusto estadounidense, e Interstellar no es una excepción, aunque por suerte, pese a sus inicios tan de americanada, va evolucionando hacia una dimensión y un significado más  universal. 

Las influencias de (y los homenajes a)  2001: una odisea del espacio  (Stanley Kubrick, 1968) son tan notorias como declaradas e innegables, así como de Encuentros en la tercera fase (Steven Spielberg, 1977). Según he leído, también las tiene de Solaris (Andrei Tarkovsky, 1972), película soviética de culto que he de ver, así como de otros largometrajes de menos alcance y prestigio. 2001  fue un peliculón innovador y rompedor en su momento, aún lo sigue siendo, y sigue asombrando; además es uno de esos largometrajes que, si no eres ducho en ciencia ni ciencia ficción como es mi caso, puedes perderte un tanto y es necesario visionarla varias veces o leer sobre ella para enterarte de todo. 2001 es mítica ,  confusa, rigurosa e imborrable,  pero bastante fría y desprovista de empatía (dicho sin ánimo de crítica) y como decía al principio, en Interstellar tenemos por una parte la gelidez de la ciencia y del espacio exterior con la emoción del ser humano. Con los sentimientos. Con la cercanía.

No es necesario que se sea un experto en ciencia y astronomía (es más, estos científicos les encontrarán "peros" y baches en contraposición a  alguien profano en ello, y por supuesto los tiene, aunque al parecer la opinión de científicos y astrofísicos está siendo positiva en general, como la del conocido Neil deGrasse Tyson, quien entre otras conclusiones, dice que en la película se vive la experiencia de la relatividad del tiempo de Einstein como nunca en el cine) para entender el argumento y lo que pasa, aunque lógicamente no todo se puede seguir y comprender, pero incluso yo,  que soy un ignorante en estas materias, y  confieso no leer mucho sobre ellas porque me pongo  a pensar demasiado y  algo neurótico,  me he sentido en todo momento integrado,  sugestionado y maravillado por lo que muestra Nolan. Incluso cuando me he perdido, he sentido emoción, pues es necesario perderse para encontrarse.

Los efectos especiales, pese a lo que podría esperarse,  no serían rotundamente los mejores de la historia (los de 2001 parecen fascinar aún más, acaso porque apenas envejecen, o los de la reciente Gravity pueden ser superiores), pero son extraordinarios y realmente contiene fotogramas de enorme belleza que te mantienen sin cerrar los ojos, sintiendo que cada parpadeo es un error. La ambientación en el interior de las naves es otro punto fuerte, así como la combinación en el guión de drama y humor mezcladas con emotividad.

Cuestión aparte es el sonido. Al parecer hay gente que se ha quejado de lo ensordecedor de la música y del propio sonido de la película. Reconozco que es verdaderamente atronadora, pero para mí eso es otro acierto, pues te clava al sillón como lo haría un viaje espacial y te sumerge de lleno en Interstellar. Como también lo hace el silencio total en otras ocasiones. Y la banda sonora compuesta por el genio Hans Zimmer...son palabras mayores. El maestro alemán ha creado otro hito y aunque también en la música la sombra de 2001 era muy alargada (a ver quién no recuerda la intro de  Así habló Zaratustra de  Richard Strauss, homenajeada también en Interstellar), para esta película tenemos una composición superlativa, tanto en los fragmentos más intimistas y evocadores como en los más poderosos y contundentes (con esa percusión, ese bajo  y ese órgano glorioso, apocalíptico) que, además de ponerte los pelos de punta  y quedarse grabada en tu mente,  realzan  la magnitud de las imágenes y del vuelo espacial, haciéndote sentir insignificante (lo que realmente somos).

Decía antes que es de esas películas que te hacen pensar, durante y mucho después de la película,  en el sentido de... ¿dónde estamos? ¿a dónde vamos? ¿qué futuro nos espera, especialmente a nuestros descendientes? ¿habría posibilidad de establecer vida más allá de nuestra galaxia? ¿cómo de altruista es el ser humano?  Y así. 

No quiero decir nada más de la trama, así que dejo al amable lector (o a la amable lectora)  que vaya y disfrute como lo he hecho yo (es una de esas películas que deben verse y escucharse en un cine) y si ya lo ha hecho, puede tener mi misma opinión, o por supuesto otra peor o mucho peor. Pues  no todo el mundo pensará igual de 169 minutos de  extraordinaria odisea  por el espacio, sobre el paso del tiempo  y hacia algo más grande que los sentimientos, pero sin duda es una experiencia apabullante. Y en ocasiones se hace necesario  desprenderse de toda lógica científica y dejarse llevar por el corazón. 


La película de Kubrick  marcó un hito, aunque los críticos y buena parte del público la machacaron en su momento. Sigue siendo difícil de entender y digerir.  Los tiempos, como la humanidad, van cambiando, y ya estamos en 2014.  No sé si estaremos ante la 2001 de nuestra época, pero bien pudiera ser. No es perfecta y tiene sus fallos, pero Interstellar es puro espectáculo y un emocionante e hipnótico viaje más allá de las estrellas,  del tiempo y de la mente.

 
"No entres dócilmente en la tranquila noche.
 Rabia, rabia contra la agonía de la luz".

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