18.12.14

Incertidumbre

Sin duda ésta es una de mis épocas favoritas del año, desde siempre. Las semanas previas a la Navidad, cuando ya se notan,  se palpan las hermosas, nostálgicas  y consumistas fiestas, y todo está por llegar.  Cada año más tempranamente, se perciben en la calle, en los comercios e incluso en el ánimo y el carácter de la gente. 

Hace años, siendo niño y antes de cumplir los 18,  cuando todo prometía y  creía que el futuro iba a ser distinto, me gustaba aún más este tiempo de Navidad sin ser Navidad.  Maravillado por las luces y letras luminosas  o ilusionado  egoístamente como todo crío por los posibles regalos, ya fuera en Linares, en Murcia o en Almería, de la mano de mi madre o de mi abuela, con los amigos o simplemente en soledad,  la calle era un bullicioso teatro repleto de posibilidades. Salías a ella y tras respirar el ambiente, el aire, podías afirmar feliz "ya huele a Navidad".

Uno de los indicativos eran los villancicos en las tiendas, o incluso en clase o en casa.  Antes me encantaba escucharlos y disfrutaba con ellos. Posteriormente, siendo más mayor,  se convirtieron en un nostálgico leitmotiv que me transportaba a tiempos pasados; aún los aceptaba.  Actualmente me deprimen, acaso por recordarme a personas que ya no están o a épocas que ya no van a volver. Como los años 90, los cuales, vistos en perspectiva, no fueron tan malos como creía hasta hace poco. Todo lo contrario.

Hoy vivimos en unos tiempos extraños, independientemente de unas Navidades cada vez más distintas. Nuestros tiempos son raros. Hace no mucho leí en relación con la caída del Muro de Berlín, que desde entonces no sabemos en qué mundo vivimos, y posiblemente sea cierto. Desde ese 1989 y los años posteriores, época de mi niñez y adolescencia,  se produjeron muchos más cambios, y el mundo se fue globalizando más y más, y fue trastornándose, en unos casos para bien y en otros para mal. Pero, ¿qué podríamos decir, qué sabemos? ¿Cómo es nuestro mundo, nuestra realidad? ¿Seríamos capaces de definirla?  ¿A dónde va y a dónde vamos? Estamos en 2014, sí, pero creo que no soy el único que siente una enorme sensación de vacío, por más que tenga futuro o no.

Vacío. El mundo actual es vacío, pura cáscara, simple apariencia,  y  a  ello no ayuda precisamente la decadencia de la cultura,  la pérdida de valores (a todos los niveles de la sociedad),  la importancia de la televisión o la excesiva relevancia concedida a la tecnología, la cual, con sus innegables y excelentes ventajas, también nos está lobotomizando.

No sé a dónde vamos, o  a  dónde va el mundo, la humanidad, pero nunca me había sentido tan extraño ni tan pesimista ni había tenido tanta incertidumbre, aunque tenga unas cuantas cosas claras. 

Y la Navidad...la Navidad, se sea o no creyente, se ponga el belén o no, se celebre más o menos, sólo es ya otra estación más, una parada repleta de  gastos y excesos monetarios, culinarios y emocionales, al fin y al cabo otra etapa en el incierto camino hacia lo desconocido. La vida, dicen. 

2 comentarios:

  1. Pues a mí me está pasando un poco lo contrario. Antes no soportaba la Navidad porque me parecía la típica época en la que parecía que era una obligación ser feliz. Sin embargo, no sé por qué, este año me está resultando distinto. No sabría explicar la razón, pero este año me siento feliz en estas fechas, aunque supongo que debe ser porque por fin este año de mierda se termina.

    Es cierto eso que dices de que parece que vivimos en una incertidumbre. A veces también me pregunto qué es lo que está pasando a nuestro alrededor. ¿Qué estamos haciendo? ¿Hacia dónde nos dirigimos? Creo que nosotros somos el reflejo de ese mundo que ha abandonado una etapa y se ha topado de bruces con una realidad que no entiende y a la que le está costando acostumbrarse (eso me recuerda un poco a mí misma, si te soy sincera).

    Pero, a pesar de todo, creo que nuestro mayor privilegio es poder mantener la esperanza. Creer que no está todo perdido, que a pesar de todo seremos capaces de levantar la cabeza, sonreír y seguir caminando hacia delante. Mi lema es "Sé que lo conseguiré", y te aseguro que ayuda a ver las cosas de otra forma.

    Y la Navidad... intenta disfrutarla en la medida de lo posible y mírala como una nueva puerta que se abre ante ti. ¡Seguro que este año va a ser totalmente distinto del que ahora vamos a dejar! ¿Quién sabe lo que nos puede pasar? Esa es precisamente la gracia del asunto.

    Este va a ser nuestro año, Fernando. Tenlo por seguro ^^*.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, no me refería esta vez exactamente a mi futuro inmediato, más bien al de todos, el mundo, en general, con tantos cambios. Será que a veces me pongo demasiado trascendental, y que la Navidad también influye. Pero muchas gracias por tus palabras, como siempre!! :)

      Y claro que de todas formas será nuestro año, un beso ^^

      Eliminar