14.2.11

De La Reina Margot, los franceses y la Leyenda Negra


Hace un par de noches pude ver, después de mucho tiempo deseándolo, La Reina Margot, película francesa (1994) de temática histórica (siglo XVI) aunque basada en una gran novela de Alejandro Dumas (leída hace un par de años. De ahí mi deseo por verla...eso y porque un profesor de la Universidad la tenía entre sus favoritas. Ahora comprendo sus razones).

Y la verdad, es una gozada. Pocas películas se realizan con tan buen gusto, calidad de actores, guión, vestuario, música, ambientación, etc, etc...por supuesto en España seguimos a años mil de algo así. Y en Europa tampoco suelen abundar. Muy de vez en cuando sale alguna joya, aunque cada vez menos. En ésta todos los actores son impresionantes (incluido Papito Bosé, quien hace de Duque de Guisa) y la verdad es que te quedas prendado de Margot ( Isabelle Adjani, cuesta creer que la actriz sea la misma de Diabólicas....aunque no venga a cuento, esa peli me daba miedo de pequeño).

Pero no, no voy a dedicar la entrada a cantar las alabanzas de la película ni a desvelarla, por si la véis alguna vez. Digamos que el tema central es la Matanza de San Bartolomé, o de la Noche de San Bartolomé (agosto de 1572), cuando a los franceses católicos se les ocurrió asustar a los franceses protestantes, los hugonotes (calvinistas, que ya hay que tener ganas) y se les fue un poco (bastante) de las manos. Conflicto inscrito dentro de las Guerras de Religión francesas que desangraron a los galos en este siglo XVI.

Tras la firma de la Paz de Saint Germain en el verano de 1570, y mediante la cual supuestamente se había puesto fin al conflicto católico-protestante, los papistas gabachos estaban un poco revirados ya que la reina madre (Catalina de Médicis) había dispuesto un casamiento entre su hija Margarita (Margot) con Enrique de Navarra (futuro Enrique IV de Francia), para más inri protestante. A este matrimonio se opusieron claramente el Papa y Felipe II. Encima, se había producido el ascenso al gobierno del almirante Coligny, hugonote destacado y conocido por su ferocidad contra la Monarquía Hispánica, con lo que la tensión era bien palpable.

El clima estaba bastante viciado y el rey, hijo de Catalina, era un pobre débil llamado Carlos IX influenciado por ésta. Luego, los dos bandos de nobles, los Guisa (católicos) y los Montmorency (protestantes) prácticamente se daban de cuchilladas en cada esquina, con lo que era cuestión de tiempo que a la mínima, estallase el polvorín. El 22 de agosto alguien le pega un arcabuzazo a Coligny, hiriéndolo gravemente. Los sospechosos habituales fueron los Guisa, aunque también se apuntó hacia la propia reina Catalina, ya que el joven rey tenía en gran estima al almirante. O incluso a los españoles.

El caso es que Coligny había sobrevivido, pero su partido, el hugonote, no se iba a quedar con los brazos cruzados y ya estaba bastante alterado cuando los católicos se dieron cuenta de que algo muy gordo iba a ocurrir en París, y de que seguramente iban a quedar con los protestantes no precisamente para tomarse unos vinos.
Así que la noche del 23 de agosto, la vieja reina acude a su hijo y le presiona para que haga algo. Carlos ordena represalias contra los hugonotes importantes, excepto a Enrique de Navarra y al Príncipe de Condé. Las autoridades son requeridas y se les ordena cerrar a cal y canto las puertas de la ciudad, para evitar la huida de los calvinistas. Y así se procede a la escabechina.

Para empezar, el propio Coligny, defenestrado por la ventana como quien sacude la alfombra, y para continuar, todo hugonote vivo de la ciudad, perseguidos por la colaboración entre nobles católicos y el pueblo parisino. La matanza continúa durante toda la noche y sigue durante varios días, aunque el rey intentase detenerla. Calviniste a là orange.

Y no sólo París. Las matanzas se extienden por toda Francia en días sucesivos, ciudad a ciudad. Las cifras hablan de de unos 12.000 muertos sumando París y el reino. Ándale.

He soltado todo este rollo a cuenta de algo dicho ya varias veces aquí. El tema de la diferencia de España en relación a Francia, Inglaterra y otros países de Europa.
Lo digo porque aquí llevamos dándonos de latigazos 300 años ya con lo de la Conquista de América, o la Inquisición, cuando, si comparamos las cifras de los ejecutados por ésta (entre 1480 y 1830) con la de las matanzas de protestantes en Francia (unos años del siglo XVI) no hay apenas diferencia. Incluso sería menor la española. O si la cotejamos con la Inquisición alemana (cerca de 30.000) o la inglesa. Claro que ellos son franceses, con su "grandeza" y su Revolución, y su cultura...nosotros somos los burros que están en la esquina suroeste del continente. Pegaditos a África.

No sé el por qué de esa diferencia, la verdad. No sé si es por haber sido un Imperio real tanto tiempo (no sé de dónde sacan los franceses su "imperio", si realmente fue sólo con Napoleón, y menos de 10 años. En América Central apenas tenían un par de islas. Suficiente según ellos para llamar "Latinoamérica" a esa zona, y no "Iberoamérica" o "Hispanoamérica" como correspondería. De ahí en lo sucesivo sólo ampliarían sus colonias en África. Y tampoco iban precisamente a vacunar nativos.), cuestión de imagen y de publicidad, al no saber vendernos bien, o que simplemente los españoles, con todas nuestras cosas buenas y malas, ventajas e inconvenientes, somos realmente más buenas personas y tenemos más conciencia que nuestros amigos europeos (o estadounidenses). Tan buenas personas que rayamos en la tontuna y en lo políticamente correcto, cierto. Pero bueno.

Si no, no se explica que, habiendo facilitado el descubrimiento de América, habiendo conquistado la mayor parte del continente, haber llevado allí una cultura y haber creado otra sin necesariamente destruir hasta los cimientos la preexistente, los malos seamos siempre los españoles. Somos los quemajudíos, los mataindios, y los arrasaselvas, cuando en la costa Este de los actuales Estados Unidos y en Canadá los ingleses y franceses no iban precisamente a un "encuentro entre culturas", Pocahontas aparte. Y dos siglos después los ya estadounidenses se dedicaron a llegar a la costa del Pacífico (antes explorada por los españoles) cuando no existía Hollywood ni Sunset Boulevard, como pioneros, haciendo puntería con los indios y búfalos y construyendo trenes, exterminando su cultura para recluirlos en reservas o casinos, e imponiendo la suya (estadounidense, una mezcla de inglés, escocés, irlandés, italiano, alemán, español, polaco y tantos otros...). En su isla de Gran Bretaña, los ingleses mantenían a raya a sangre y fuego a galeses y escoceses, y a los católicos, o arrasaban la vecina isla de Irlanda para que no pudiesen cultivar ni patatas. Mientras, llevaban esclavos y esclavos de África a Jamaica, como los portugueses. Ingleses. Por no hablar de sus expediciones y su establecimiento en India o África Central. Al igual que los belgas, quienes en el Congo cometieron innumerables tropelías. Y de los franceses para qué volver a hablar. No ya sólo de lo de San Bartolomé, sino también de su tráfico esclavista (cierto, negreros también había españoles. Pero el número no es tan colosal como ingleses, portugueses y franceses. Véase La trata de esclavos de Hugh Thomas), de sus actuaciones en Haití, en Québec o Lousiana, posteriormente en África Ecuatorial, y bien recientemente (años 60 del siglo XX) en la independencia de Argelia, una salvajada por la que nadie les ha pedido explicaciones, o su perfeccionamiento del cruzado de brazos mientras hutus y tutsis guerreaban a machetazos en los Grandes Lagos. Qué grandes los franceses. Mucho antes, en las Cruzadas, tampoco iban precisamente a Tierra Santa a hacerse la foto en el Monte de los Olivos. Pero Francia es Francia.

Y nosotros, que tenemos que pedir perdón una y otra vez, primero por haber expulsado a los musulmanes y por haber tenido una Inquisición que franceses, alemanes, ingleses o italianos también han padecido, pero que parecen haber olvidado gentilmente, y segundo, no ya sólo por haber dominado media Europa y parte del mundo, sino por haber facilitado la incorporación de América al mundo. Se habrá hecho regular, mal, peor o bien, pero es una obra. América del Sur y Central no es una obra perfecta. Pero ahí está. Mestizaje. Y cultura. Y sus habitantes no son sólo de raza aria, con los indígenas masacrados o los negros esclavizados. Eso sería al modo inglés o estadounidense. ¿Pueden los indígenas de América del Norte contar su experiencia en política o en literatura, por decir dos simples ejemplos? ¿En una vida normal? Los pocos que queden, claro. Por desgracia, no.

Aunque lo cierto es que hemos contado siempre con la colaboración de todos aquellos que han elaborado la Leyenda Negra, fundamentalmente los europeos, incluidos los propios españoles. Y aún sigue en la actualidad, nuestros propios compatriotas son (algunos) los primeros que despotrican contra nuestro pasado, contra nuestras actuaciones, nuestra cultura y nuestra forma de vida. Primero por haber expulsado a los cultos musulmanes y luego por haber esclavizado a América, y por último por haber establecido el castellano como único y fascista idioma .Pero, curiosamente, siguen con el DNI y el pasaporte español y no se van a algún país con esa cultura que añoran, que querrían. Aquí siguen, rajando de todo pero tranquilamente, observando la aldea en la selva indígena o la jaima musulmana en la distancia, desde la comodidad de su ático de la Gran Vía, su chalet de Las Rozas, su casita en Marbella o de su loft en Nueva York. Qué fácil, ¿no?

En fin. Francés no que pueden llegar a ser muy miserables y mezquinos, aparte de insoportables, pero sí hay veces que me gustaría ser inglés. Ésos sí que saben. Lo malo es la comida y la Reina, pero el resto son todo ventajas. Al menos van siempre con la cabeza bien alta.

4 comentarios:

  1. ¡Que manera de escribir burradas! No porque existan países que hayan cometido brutalidades, tú vas ajustificar o aminorar las del tuyo. Es impresionante como no se les quita ese estúpido ego u orgullo imperialista, ¡que lástima que no aprendan nada con las cagadas que han cometido a lo largo de su historia! ¡Ah, y pregúntale a un integrante y sobreviviente de nuestros Pueblos Originarios de América, que opina de tu "brillante an{alisis histórico"

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  2. Bueno, creo que lo he explicado más o menos bien, pero entiendo pueda confundir un poco. Yo no justifico o aminoro las de tropelías de mi país. La entrada en cuestión versa sobre los complejos históricos del mío, complejos que muchos países del mundo no tienen. Vale que España hizo cosas malas en América. Pero también las hizo buenas, y bastantes.

    No debería ud. hablar tanto de brutalidades y cagadas respecto a los indígenas. Le recuerdo que España dejó el continente hacia 1830, hace más de 180 años en algunas zonas y que en los países independizados no se respetó a dichos indios. Blancos y criollos plenamente americanos masacraron a los indígenas (como los mapuches) hasta hace relativamente poco. Así que menos culpas exclusivas a los malvados españoles.

    Un saludo.

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  3. Pues yo tengo entendido que muchos pueblos durante siglos han atacado a los mapuches y no han podido con ellos hasta que llegó ENDESA con los españolísimos Martín Villa a la cabeza y Aznar. Recomiendo el documental "Apaga y vámonos"

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  4. Señor Escamilla usted no es historiador es cuentista, siga dedicándose a ese oficio que tantas y disparatadas historias imagina.

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