5.1.12

¿Qu´es de tí, desconsolado?

¿Qu´es de ti, desconsolado?
¿Qu´es de ti, rey de Granada?
¿Qu´es de tu tierra y tus moros?
¿Dónde tienes tu morada?
Reniega ya de Mahoma
y de su seta malvada,
que bivir en tal locura
es una burla burlada.
Torna, tórnate, buen rey,
a nuestra ley consagrada,
porque si perdiste el reyno
tengas ellalma cobrada;
de tales reyes vencido
onrra te deve ser dada.
¡O Granada noblecida,
por todo el mundo nombrada!,
hasta aquí fueste cattiva
y agora ya libertada.
Perdióte el rey don Rodrigo
por su dicha desdichada;
ganóte el rey don Fernando
con ventura prosperada,
la reyna doña Ysabel
, la más temida y amada,
ella con sus oraciones
y él con mucha gente armada.
Según Dios haze sus hechos
la defensa era escusada,
que donde Él pone su mano
lo impossible es quasi nada.
(en castellano de la época)

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Así versa esta conocida y hermosa cantata titulada tal y como se llama ésta entrada de hoy. Su autor es Juan del Encina (1468-1529) , prolífico poeta-músico castellano, verdaderamente un trovador, quien compuso un respetable número de romances, cantatas, villancicos y églogas. Vivió en una época para mí especialmente irrepetible, a caballo entre el siglo XV y el XVI, y entre otros acontecimientos, claro está, conoció el fin de la Reconquista y el Descubrimiento de América. Precisamente a la toma de Granada está dedicada la mencionada y bella composición (por cierto ahí va un enlace: http://www.youtube.com/watch?v=EjwEEhIWY-U ). Para mí es verdaderamen te preciosa, con ese aura de romance renacentista tan agradable, y con sólo escucharla unos segundos te traslada a esa época irrepetible. Por momentos pareces estar contemplando la entrega de las llaves de Granada, alguna escena palaciega, los cortesanos bailando madrigales o una misa en la catedral. Una composición que ha sobrevivido a lo largo de los siglos, y en nuestra época se ha usado incluso en largometrajes, anuncios y promociones, como en el Cuarto Centenario de El Quijote en 2005.

El desconsolado de la canción no es otro sino Muhammad XII, Boabdil el Chico para los castellanos y último rey nazarí (y por ende, musulmán) de Granada. Dejando de lado la conocida leyenda sin confirmar del "llora como mujer lo que no supiste defender como hombre" supuestamente espetado por Isabel de Castilla, al granadino le cupo la gloria y la desgracia a la vez al pasar a la historia como último monarca musulmán de España, acabando los españoles (castellanos y aragoneses, desde luego. Ésto es importante) con 781 años de presencia islámica en la Península, culminando la Reconquista.

Reconquista que los de siempre se empeñan en criticarla y vilipendiarla ("insidiosa" la motejó un periodista histórico de "El País". Español, sí) con notable mala uva, incultura y pobreza de espíritu. Ya escribí una vez sobre la posibilidad de que los musulmanes no hubieran conseguido ser expulsados de nuestro país, tal y como planteaba el suplemento de "El Mundo". Esos juegos de historia ficción plantean muchas posibilidades. Yo desde luego no envidio en absoluto una posible resistencia histórica de los musulmanes en España, con la consiguiente evolución en nación islámica. Para nada. Y admiro profundamente a los españoles que tomaron ciudades y comarcas y avanzaron hacia el sur, no siempre con la mejor de las fortunas. Y me encanta la Reconquista. Sí señor. Entre otras cosas porque, y entre otros acontecimientos históricos, somos como somos, y vivimos cómo vivimos gracias a ella.

Y ello desde unos planteamientos moderados; siendo honesto, la misma legitimidad tenían los árabes invasores en 711 para quedarse en la Península, que los visigodos llegados a la misma 300 años antes. Prácticamente la misma. Debe reconocerse la inmensa cantidad de movimientos, invasiones y migraciones de las razas y pueblos del planeta desde los mismos comienzos de la historia de la humanidad. No creo que exista prácticamente ningún pueblo que haya vivido en el mismo sitio desde su nacimiento. Tenemos en Europa el caso de Inglaterra, un país hecho a base de invasiones, primero romanos y celtas, luego anglos, jutos, sajones y demás pueblos bárbaros, luego normandos...y a su vez Albión más tarde aportaría su granito de arena en la formación de los Estados Unidos, verdadera nación de emigrantes.

En cuanto a Hispania en 711, podían darse en principio los supuestos para convertirse en un bastión del imparable avance musulmán desde Arabia pasando por África. Los bárbaros habían invadido la Península en varias oleadas desde el 410 aprovechando que Roma ni estaba, ni se le esperaba. Finalmente son los visigodos, unos setenta años después, quienes se acaban imponiendo sobre otros pueblos y tribus, si bien pervivieron algunos como los suevos (en Galicia) durante algún tiempo. Ahora comienza la España visigoda, periodo en el cual los bárbaros llegaron a asimilarse con los hispanorromanos, llegando a convertirse al catolicismo desde su cristiano-arrianismo (Conversión de Recaredo, 589). Yo no considero, como Sánchez Albornoz y otros, que España surgiese como nación en ese momento, y que en 711 fuera un ente de fuerte concepción nacional. No se daban unos supuestos tan definitivos. Pero sí pienso que ese componente de catolicismo, unido al sustrato hispanorromano (consecuencia de siglos de profunda romanización) y ahora godo, le dio una mayor fortaleza que otros pueblos invadidos en otros momentos de la historia. Ahí radica, considero firme y humildemente, la diferencia de la legitimidad entre hispanogodos y musulmanes.

Como también pienso, al deducirlo de lecturas y estudios, que no debía ser fácil establecer un reino musulmán cruzando el Mediterráneo, en otro continente distinto a Asia y África, esa Europa que aún no era Europa y que muy pronto iba a ser llamada Cristiandad. Con ese nombre tan rotundo y definitorio iba a existir siglos y siglos. Un continente muy romanizado en parte y fuertemente cristianizado. Bien es cierto que en Numidia o Libia había habido presencia romana e importantes componentes cristianos y luego bárbaros, pero ya fuera por menor resistencia u otras circunstancias, el Magreb cayó para siempre en la zona de influencia musulmana, para su desgracia (sólo hay que contemplar el posterior devenir histórico de esa zona y compararla con Europa, especialmente a partir del siglo XVIII).

En cuanto a la Reconquista en sí, no voy a explayarme más porque no era éste el asunto. Sin duda, en ella tuvo buena importancia el Camino de Santiago, por ejemplo, verdadero revitalizador económico del norte de España, unido a los diferentes acontecimientos políticos e históricos y a la multitud de reyes de muy diversos reinos y confesiones, todo lo cual da para un buen número de entradas. Dejémoslo que me conozco.

Volviendo a la toma de Granada, el 2 de enero de cumplieron 520 años de los hechos. Un hecho enormemente festejado en su época, no ya sólo por los propios castellanos, sino además también por el resto de la Cristiandad, un tanto decaída por la conquista de Constantinopla por los turcos en 1453, y por tanto de la pérdida del Asia Menor y Grecia. El Islam era un peligro muy real y cercano, y desde luego bien se vio a partir de 1492, tanto en el Mediterráneo como en el este de Europa, con los turcos llegando varias veces a las puertas de ciudades como Viena. A nivel hispánico, se culminaba como todo el mundo sabe con la Reconquista borrosamente comenzada en aquella mítica escaramuza de Covadonga en 718, y más nítidamente continuada a partir del siglo XI, con la expansión de Castilla y la reconquista de poblaciones importantes como Toledo en 1085. Castilla por un lado y Aragón por otro, e incluso expandiéndose por el Mediterráneo, fueron ganándole terreno al Islam. Aquí no voy a entrar tampoco en las conveniencias y los intereses más o menos políticos o más o menos patriótico-nacionales que motivaron la unión dinástica con el matrimonio de Fernando e Isabel, pero ello también forma parte de nuestra historia. Quién sabe lo que hubiera pasado si no se llega a producir tal unión. Con todo, el 2 de enero de 1492, los dos reinos de España, Castilla y Aragón, correligionarios, habían restaurado la unidad de 711.

Volvemos a 2011. Volvemos a los de siempre. Estas cosas son las que me dejan desconsolado de verdad. Como cada 2 de enero y desde hace más de treinta años, unos grupúsculos o bandas de gente, españoles (andalusíes, supongo, para ellos mismos) intentan reventar la conmemoración de la toma de Granada. ¿El motivo? Celebrar la fecha de la capitulación de la ciudad, para ellos una exaltación del cristianismo y del fascismo español y una ofensa para las otras religiones, especialmente la musulmana. Poco importa que el acto en sí no tenga mucho más desarrollo aparte de una ceremonia en la soberbia Capilla Real de la Catedral de Granada, en la cual se ondea el pendón de Castilla, se aclaman los nombres de Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, y toque una banda de música. Tal exhibición de odio medieval y fascista (al fin y al cabo los Reyes Católicos tenían como símbolo el yugo y las flechas, como sabemos inventado por Franco) contra Al-Andalus y los musulmanes debe ser extirpado de raíz de la actual sociedad granadina y española, piensan estos grupitos. Amparados y con el pretexto de la libertad de expresión, que como sabemos da patente de corso para todo, exhiben sin vergüenza (me refiero a que pueden decir lo que quieran, pero lo dicen sin la vergüenza que a mí me daría falsear tanto la historia) un odio al país que es el suyo y les da de comer, entre otros nimios asuntos. Cada 2 de enero pues, tenemos manifa de pancartitas y declaraciones.

Unas dos docenas de andalucistas trasnochados, los de la bandera de Andalucía con la estrella roja, ésos, se dedican a berrear con el clásico apoyo de algún profesor arabista pasado de vueltas. Incluso no hay muchos musulmanes entre ellos, ya sea porque tienen más idea o se hacen los cómodos al ver que siempre hay sandios que dan la cara por ellos. Se dedican a despotricar contra la puta Castilla que tuvo a mal venir desde arriba y expulsar a los moros de Al-Andalus, con toda la refinada cultura existente en aquella España de entonces, que éramos el asombro del orbe, oiga. Hacíamos Alhambras, Mezquitas y Medina-azaharas, y los castellanos eran unos meapilas fachas de los cuales olíamos su sobaco y sus partes pudendas, por sucios de no lavarse, desde que venían por Toledo. ¿No?

Éstas cosas me alteran mucho, y son una de tantas que me llevan a despotricar de mi propio país y querer autoexiliarse. Esos andalucistas folklóricos tan simpáticos y sinceros. En vez de achacar el atraso de Andalucía a dos siglos de caciquismo conservador y a treinta años de socialismo reciente, lo relacionan con la "invasión" de Castilla/España. Pero ahí siguen tan agusto con sus cañitas y sus tapas, su flamenquito y su filoarabismo. Aducen y documentan incluso una supuesta genealogía con sus apellidos, declarándose descendientes de musulmanes de los tiempos de Abderramán III o Almanzor. Increíble. Como buenos progresistas de bien empapados de la Alianza de Civilizaciones y de las Tres Culturas, odian a la maldita España. Pero, con un masoquismo digno de mártires, siguen aguantando año a año y siguen viviendo en este país, muy a su pesar suyo. No se van a sus admirados países árabes (lugares que deberían conocer de primera mano) sino que permanecen con las odiadas comodidades y adelantos de la vida occidental. Estos andalucistas o andalusíes siguen intentando vender esa mítica y estereotipada imagen de la España musulmana (Al-Andalus, Al-Andalus, nada de decir "España" o "Castilla") similar a la romántica del XIX y que aún se ve en Canal Sur, por ejemplo, con las típicas postales en movimiento de la mora con cabello como el azabache esperando a su amado en un estanque aromatizado con jazmín y azahar, o el califa culto y refinado escribiendo poemas con una paloma en la mano. Cosas de ésas, ya sabéis. Como también debéis saber que prácticamente todo se lo debemos a los musulmanes (como si los musulmanes no hubieran aprovechado numerosos aspectos e infraestructura de los romanos). Yo reconozco la importancia en España de los islámicos, y uno de los motivos por los que España es tan especial y tan maravillosa es por ellos. Pero de eso a lo otro hay un trecho. Por favor.

Por eso me parece tan indecente. No sé si ignoran, o lo desconocen de verdad, o si lo saben pero tergiversan, que gracias a la toma de la ciudad ella y su pueblo están incorporadas a Occidente, con todo lo que ello significa. La civilización occidental, no es asunto baladí. Otra cosa es la crisis cultural de nuestra civilización desde hace tiempo, pero como he dicho antes, basta comparar la evolución desde 1492 de la nuestra y de la islámica y especialmente en la actualidad, para ver sutiles y notables diferencias. Yo no la envidio. Habrá gente que sí; la habrá, seguro. Hay gente pa tó, como dijo el torero. A esos andalucistas deberían darle la independencia y que siguieran el camino de Boabdil, así experimentaban la muslim way of life en alguna de sus atractivas variantes: la iraní, la sudanesa, la siria, la egipcia, la argelina, la marroquí, la afgana...ahí, con viento fresco. Quién sabe si volverían a la sucia y oscura Castilla. Aquí estaremos para acogerlos de nuevo.

2 comentarios:

  1. Es lo que hablamos, sea por un motivo o por otro, reniegan de lo que no deberían renegar, y por contra, no hacen lo que deberían hacer, que es amar su tierra y preocuparse de su futuro.

    En fin... (gracias por el artículo)

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  2. Sí, ya ves...así somos en España.

    Gracias a tí por leerme y comentar!!!

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