20.4.10

Dumas y sus mosqueteros





Hace prácticamente un año me terminaba el último (y voluminoso) tomo de la gran trilogía de Los Mosqueteros, de Alexandre Dumas: El Vizconde de Bragelonne, tocho que me había comprado esa primavera, aprovechando una generosa oferta del Corte Inglés; se vendían dos tomos, el primero con Los tres mosqueteros y Veinte años después, y el segundo con el mencionado del Vizconde,unas 2.200 páginas al precio de 82 euros los dos libracos...pero la amable cajera, tuvo el bonito gesto inconsciente de cobrarme dos por uno, como si de una oferta de hipermercado se tratase, llevándome yo sorpresivamente dos estupendos tomos (tres libros) por 41 euros...
Yo ya me había leído hace mucho, en mi niñez, Los tres Mosqueteros. Recuerdo perfectamente cuando me lo compré en la "feria" del libro del Paseo Marítimo de Almería, yo hecho un pequeñajo pegado a mi abuelo Julio, un hombre de profesión carnicero (en la Plaza del Mercado de mi ciudad) aunque (y no estoy afirmando que los carniceros no puedan ser así) culto y leído. A mi querido abuelo (q.e.p.d) es a quien le debo tantas cosas relacionadas con los libros, la historia y los mapas. Pero no me gusta hablar demasiado de mi abuelo, acaso porque me sigue resultando doloroso mencionar su ausencia.
Como decía, yo ya me había leído el primer libro, cuando creía que "Los Mosqueteros" comprendía un único volumen, y ya entonces me encantó, aunque desde luego han pasado los años pero, al contrario de lo que dicen algunos de si este libro se disfruta más de niño, yo sin embargo lo paladeo mucho mejor ahora . Por aquel entonces si me gustaba el tema mosqueteril era por los dibujos animados de los "Mosqueperros", desde luego, (no cuenta la infame película del 93 con Kiefer Sutherland o Charlie Sheen) pero la lectura de este libro de Dumas fue toda una extraordinaria experiencia.
¡Qué inmortales personajes, qué ejemplos de lealtad, nobleza, astucia, perversión, maldad, ingenuidad, belleza...! ¿Cómo olvidarse del perspicaz gascón D´Artagnan, del bonachón de Porthos, del recto Athos, del intrigante Aramis, del noble Tréville, del todopoderoso Richelieu, de la pérfida Milady, del misterioso Rochefort, del necio de Bonacieux...?. Novela histórica de calidad, unas veces con más base que otras, pero siempre con grandes dosis de imaginación y entretenimiento como sólo Dumas sabía añadirle,con sus interminables y ágiles diálogos, en unas páginas que te hacen adorar Francia y su siglo XVII, pese a que nos jodieran bien (a España, quiero decir). Unas historias y tramas, algunas más infantiles y simplonas, típicas del XIX, otras más enrevesadas y trágicas (aunque de ésto último se ve más en el tercer volumen) contenidas en unas páginas inolvidables.
Así pues, después de haberme leído Los tres Mosqueteros dos o tres veces, dí el año pasado con este gran "pack", por lo que me decidí a releerme otra vez el primer tomo, para acometer con ganas el segundo, Veinte años después, el cual, como indica su título, relata los acontecimientos cuando han pasado veinte años de los del primer tomo (1625-1628), es decir, hacia 1648-1649. Es una novela algo más seria y para mí inferior a la primera, pese a que se repiten algunos argumentos como el viaje a Inglaterra, etc. En el libro vemos cómo el tiempo y los golpes de la vida van haciendo mella en nuestros cuatro compañeros. Es un libro de "transición", ya que es en el tercer y último tomo, el del Vizconde (5 años después) donde terminan de resolverse algunas cuestiones y donde asistimos al final, uno por uno, de los mosqueteros.
Es éste de El vizconde de Bragelonne (en el cual se basaron para realizar la peli de "El hombre de la Máscara de Hierro") un libro más triste y pesimista que los dos anteriores, un volumen enorme en el que Dumas nos cuenta los amores y desamores de un joven Luis XIV, el ocaso del valido y la reafirmación del poder real, y las desventuras de Raúl, hijo de Athos, sin olvidar las andanzas de unos maduros D´Artagnan, fidelísimo al joven rey, Aramis como conspirador religioso, Porthos como acaudalado noble o Athos como venerable señor que se va consumiendo poco a poco. Es en Raúl donde se centra la tragedia del libro, al presentárnoslo como un joven apocado, alicaído y poco animoso, que contrasta con el vigor de D´Artagnan o Luis XIV. No desvelaré más acontecimientos. Os recomiendo desde luego la lectura de los tres libros.

La verdad es que muchas veces me entran deseos de olvidarme de todo y enfrascarme de nuevo en éstas aventuras, y evocar la niñez, o trasladarte al siglo XVII en Francia, para interceptar un correo del cardenal, jugarte el cuello por la reina, batirte en duelo junto a tus compañeros ( y amigos) , visitar en misión secreta Inglaterra, galantear como buen pisaverde, ayudar al rey, luchar hasta la muerte...en fin. Siempre te puedes aislar de todo, aunque sea momentáneamente,y nada importa, con la compañía de estos inmortales amigos y enemigos.


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