
"Barry Lyndon es como ir al museo del Prado sin haber comido" (Steven Spielberg)
El otro día pusieron, ya muy tarde, Barry Lyndon en esa nueva cadena por obra y gracia de la TDT que es La Sexta 3 (y en la que por cierto ponen buenas series y películas). Me gustaría haberla visto, por enésima vez, pero las horas eran ya de agradable cama. La habré visto unas cinco veces en dos años y medio y eso que dura 183 minutillos. Es lo que tienen las películas favoritas.
Barry Lyndon (1975) es la décima del gran Stanley Kubrick, entre La Naranja Mecánica y El resplandor. Responde al frustrado intento del director de rodar algo relacionado con Napoleón. Está basada en la novela de William Makepeace Thackeray La suerte de Barry Lyndon. Romance del siglo pasado (he de decir que es uno de esos extraños casos en que el libro es inferior a la peli), y trata sobre un advenedizo irlandés, una especie de pícaro del XVIII que intenta medrar y sacar siempre la mayor ventaja como sea. El retrato que se hace en la película es más positivo que el del libro, desde luego.
(Advertencia: spoilers a saco)
Redmond Barry vive en Irlanda, privado pronto de su padre, con su mad



Ya desde los títulos de crédito, desde el comienzo, sabes que te encuentras ante una película peculiar, diferente, de las que

Por no hablar del vestuario, por supuesto, lujoso, cuidado y variado, que también se llevó el Oscar. O la ambientación, en palacios de época y hermosos paisajes naturales de Alemania o Irlanda (se rodó hacia 1973, cuando el conflicto del IRA aún estaba latente, por lo que las escenas de militares británicos tocando The British Grenadiers fueron bastante conflictivas y los terroristas llegaron a amenazar a Kubrick y a su familia), ya fueran bosques, landas o prados.
El guión es igualmente destacable, si bien no abundan los diálogos precisamente. En buena parte de las escenas basta con gestos, miradas, lentos movimientos y, si se tercia, alguna frase, todo ello aderezado, claro está, con la música y los maravillosos escenarios. Como se ha dicho por ahí en ocasiones parece una película de cine mudo. El narrador además, es en tercera persona, no como el libro que es contado como unas memorias siendo el mismo Barry quien las cuenta.
Otra cosa son las interpretaciones. De Barry hace Ryan O´Neal, estadounidense, ídolo juvenil en su tiempo y que en bastantes ocasiones luce inexpresivo (encima en España lo doblaron con poca gracia. Supongo que en versión original debe ganar bastante). Fue impuesto por la productora y Kubrick prefería a Robert Redford. El Barry del libro es mucho más cínico, canalla y pícaro. En la película es más inocente y frágil. Eso no impide que vaya cambiando, y si al princ

Marisa Berenson interpreta a Lady Lyndon. El personaje es silencioso, melancólico, triste, estoico. Baste recordar la escena en la que Barry le echa el humo de la pipa cuando le dice, en el coche, que no fume, o cuando está sola en la bañera. Es una mujer a la que quieren por su dinero los hombres, y que únicamente cuenta con el apoyo del reverendo y de su hijo (de ella) el vizconde Bullingdon, especialmente de éste. El hijo es un personaje envidioso, pero también humillado y que buscaba el bien de su madre. Su único propósito será el fin de Barry. Luego tenemos toda una galería de secundarios, como Balibari, Potzdorf, Quin, Crogan,Bullingdon, Runt, la madre de Barry, etc...bien interpretados. Claro que, sabiendo como era el tiránico Kubrick, cualquiera iba a actuar mal.

La música es el otro gran punto fuerte de la película. Kubrick tampoco se iba a descuidar en un aspecto que le gustaba supervisar. La banda sonora consiste en una serie de composiciones, del siglo XVIII en su mayoría, de Bach, Mozart, Vivaldi, Federico de Prusia...adaptadas por Leonard Rosenman quien se llevó el Oscar. Si ya de por sí la imagen no fuera suficiente, aportan más emoción y tragedia todavía. Destacan tres melodías:
-Women of Ireland: muy conocida, es una preciosa canción popular irlandesa interpretada por The Chieftains. Nos introduce en la historias de amor de Barry antes del matrimonio, como con su prima Nora o la campesina alemana en la guerra. A mí me encanta, desde luego.
-Piano Trio, de Schubert. Es una triste y bucólica composición para piano, muy hermosa también. Tiene relación con Lady Lyndon y pega totalmente. Es la que se escucha en la preciosa escena de enamoramiento entre la pareja, primero a la luz de las velas y luego en la terraza, y en la que no hace falta decir ninguna palabra entre ambos.
-Sarabande, de Haëndel, muy conocida también. Podría decirse que es el tema principal de la película. Sus bombos y cuerdas nos introducen en ella, y la escuchamos en los momentos que marcan la vida de Barry, como el duelo del principio, con Quin en Irlanda y el del final, con Bullingdon en un establo (en ambas la atmósfera de tensión es muy palpable, sobre todo en el segundo, memorable) o en la muerte de Brian, primero tenuemente y luego como un estruendo en el funeral. Ése es para mí el momentazo de la película: el funeral de Brian. Un carrito tirado por ovejas (que minutos antes salía en su cumpleaños) contiene su féretro, seguido por el cortejo fúnebre, todos vestidos de negro,y el reverendo ora, mientras suena la Sarabande a más no poder. Impresiona, la verdad. Ese tipo de escenas ya no se hacen.
Pese a todo, la película fue un inesperado fracaso de taquilla (el público de blockbuster no suele decantarse por visionados lentos y/o peculiares) y de parte de la crítica por lo que injustamente una de las obras menos valoradas del director.
La azarosa y triste vida de un Don Nadie en la decadente Europa del XVIII. Un frustrado ascenso social provisto de una crítica a esa sociedad. Pese a que es muy larga y eso echa para atrás a mucha gente, (¡las mejores películas son largas!) y el doblaje deja un poco que desear, una de mis películas favoritas. Deberíais verla si no la habéis visto.
Un 10.
"Fue durante el reinado de Jorge III que los personajes mencionados vivieron y lucharon. Buenos o malos, hermosos o feos, ricos o pobres, todos son ahora iguales".
Se podrán decir muchas cosas de ésta película, que es incluso mi preferida luego de Dr. Strangelove (en lo que a Kubrick respecta), pero lo que a mí me atrajo poderosamente luego de la inocencia inicial de Barry, fue justamente lo que ya apuntaste, ése estoicismo de Lady Lyndon (que incluso me recordó a un familiar cercano). Nada como ése rostro que pocas veces sonríe, y pocas veces llora. ¿Has visto alguna otra película con la misma actriz? Por mi parte estoy casi seguro que no, y ya es lamentable...
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